He experimentado. El dolor y el placer de tantas cosas. O pocas. Poco placer. Poco dolor. Muchas trabas para que siempre quede algo en el tintero. Muchas ofensas que siempre permanecerán ocultas, porque no merece la pena mostrarlas.
Mi sinceridad puede ser una daga, y mi juego la claridad más suave que nunca nadie logró con una mentira piadosa. Te autocompadeces creyéndote víctima del mundo, y no ves que todos lo somos tuyas.
Confluyes. Y encuentras tantas bifurcaciones que tiemblas pensando en quedarte en el medio siempre. Tiemblo al pensar q aunque compartas felizmente mi camino, quede algún poso de duda ante la mayor felicidad ajena. Quien ha vivido la otra opción hallará tus mismas dudas. Y ojalá alcance a comprender q no te satisface su deseo oportuno y esporádico, y entonces volverá la vista, me mirarás, y verás tu felicidad aparcada en mi puerta. No es la más brillante, ni todo el mundo apostaría por ella, pero algo te ha traído hasta aquí y algo provoca que algunos momentos causen dudas, pero no movimiento.
Deslízate. Es mi otra mitad la que te echa de menos. La que has decidido no conocer, tiene toda su complicidad hacia ti, para q la compartas con deseo, con pasión cívica y verbo a tiempo. Oral, manual, todo lo que quieras, con palabras y hechos.
Anhelos. Vertidos en ti, y vertientes en días venideros. Me imagino contigo. Y me imagino sin ti, triste, y estable sabiendo q no me he alejado de mi camino. Porque confluimos, y quiero tu mitad en mi camino, enroscada en mi presente, y tu libertad mirándome de reojo, en un guiño, porque no deja de sentirse libre.
Me amas? Crees q puedes hacerlo? Conociéndome le hablarás al tiempo. Y en un diálogo fluido se establecen las reglas de este trío. Las horas, tu vida en mi rumbo y el tuyo en la mía.
Son palabras llenas de un significado q no conocemos totalmente. Y desde que podemos percibir somos animales. Y desde q no lo somos completamente sabemos que no es un error aderezar el sentimiento con la razón, y la razón con esa intuición irracional, con esa fuerza.
Puede q esta vez logre derrapar con más estilo. Puede que el volantazo correcto evite un golpe de la misma fuerza. Y puede que, aún estrellándonos, y aún con heridas más profundas, el dolor no fuese el mismo.
Vas cómoda? Subo la ventanilla? Coge mi mano, porque ya noto la caricia. Baja cuando quieras. Y mientras, siente el viento, siénteme azotando tus ideas, y no decidas. Vive. Decide en tu vida. El día q esa decisión me deje fuera seré la primera en apartarme. Hasta ese día, intentaré ayudar a que tomes la que creas correcta.
Estoy contigo. Lo tienes por delante. Y a mí en el ahora. Sólo queda una dirección. No sé lo que hay en su final. Quizás sea porq lo veo muy lejos, o porque está oculto entre todas las opciones anteriores. Sé que todo el precedente será intenso. Sé que te quiero.
Puedes quererme? Quiéreme.
Mi sinceridad puede ser una daga, y mi juego la claridad más suave que nunca nadie logró con una mentira piadosa. Te autocompadeces creyéndote víctima del mundo, y no ves que todos lo somos tuyas.
Confluyes. Y encuentras tantas bifurcaciones que tiemblas pensando en quedarte en el medio siempre. Tiemblo al pensar q aunque compartas felizmente mi camino, quede algún poso de duda ante la mayor felicidad ajena. Quien ha vivido la otra opción hallará tus mismas dudas. Y ojalá alcance a comprender q no te satisface su deseo oportuno y esporádico, y entonces volverá la vista, me mirarás, y verás tu felicidad aparcada en mi puerta. No es la más brillante, ni todo el mundo apostaría por ella, pero algo te ha traído hasta aquí y algo provoca que algunos momentos causen dudas, pero no movimiento.
Deslízate. Es mi otra mitad la que te echa de menos. La que has decidido no conocer, tiene toda su complicidad hacia ti, para q la compartas con deseo, con pasión cívica y verbo a tiempo. Oral, manual, todo lo que quieras, con palabras y hechos.
Anhelos. Vertidos en ti, y vertientes en días venideros. Me imagino contigo. Y me imagino sin ti, triste, y estable sabiendo q no me he alejado de mi camino. Porque confluimos, y quiero tu mitad en mi camino, enroscada en mi presente, y tu libertad mirándome de reojo, en un guiño, porque no deja de sentirse libre.
Me amas? Crees q puedes hacerlo? Conociéndome le hablarás al tiempo. Y en un diálogo fluido se establecen las reglas de este trío. Las horas, tu vida en mi rumbo y el tuyo en la mía.
Son palabras llenas de un significado q no conocemos totalmente. Y desde que podemos percibir somos animales. Y desde q no lo somos completamente sabemos que no es un error aderezar el sentimiento con la razón, y la razón con esa intuición irracional, con esa fuerza.
Puede q esta vez logre derrapar con más estilo. Puede que el volantazo correcto evite un golpe de la misma fuerza. Y puede que, aún estrellándonos, y aún con heridas más profundas, el dolor no fuese el mismo.
Vas cómoda? Subo la ventanilla? Coge mi mano, porque ya noto la caricia. Baja cuando quieras. Y mientras, siente el viento, siénteme azotando tus ideas, y no decidas. Vive. Decide en tu vida. El día q esa decisión me deje fuera seré la primera en apartarme. Hasta ese día, intentaré ayudar a que tomes la que creas correcta.
Estoy contigo. Lo tienes por delante. Y a mí en el ahora. Sólo queda una dirección. No sé lo que hay en su final. Quizás sea porq lo veo muy lejos, o porque está oculto entre todas las opciones anteriores. Sé que todo el precedente será intenso. Sé que te quiero.
Puedes quererme? Quiéreme.
1 comment:
Aiii, que me entra la llorera... Quiero un alguien como tú que me escriba esas cosas :_
¿Puedo arrancarte el reflejo del espejo? Lo quiero para mí, todo para mí!
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