Thursday, November 24, 2005

Mueve

Lo mido en gramos. Una horizontal perfecta para q la línea no se deslice. Hacia un lado o hacia el frente, mientras me quedo atrás analizando las coordenadas.
Por qué te has movido, cuando mi pulso había conseguido, por fin, calmarse. Podría haberte retratado tantas veces como pactamos. Y en todas ellas hubiera visto la luz perfecta, o si no, el motivo más inteligente.
No puedo encontrar otro fondo, pq la imagen seguirá siendo la misma para mí, para mis adentros, para los lugares más recónditos donde excavaste.
No puedo perdonarte el haber tirado la toalla. No quiero perdonarte, pq entonces volvería a necesitar tanto tu debilidad... La que me hizo fuerte en su momento para poder controlar el rumbo. La que quise mostrar como madurez sesgada e irresponsablemente expropiada.
Imaginarte feliz me alegra, me enorgullece incluso y me amarga en el punto de pasar a la siguiente lección, la q encierra la moraleja. Cierra el círculo de la irracionalidad con las consecuencias ilógicas, y compresnsibles por esa misma naturaleza.
Hazla vertical. Creo q así llegará mejor al fondo, a los orígenes de toda esta incontinencia controlada.
No mires dónde acaba. No me interesa su final. Me interesa ese principio que todos parten por pasado, y q todos creen acabado en su mitad. Por unos defectos no se descarta, igual q es mejor no admirar por un puñado de virtudes.
De ahí la soledad. Y de ahí todo tu momento aprisionado. Toda tu calma estando calmada. Sin mérito. Y toda tu furia cuando rompes una sóla cuerda. Y ya no sé cuántas te quedan tensas.
Mi caja sigue sonando intrépida. Y quizás su inconsciencia no sea inmadurez, o sí, pero ya se haya vuelto crónica. Ventajas? Capacidad de reacción. Inflexión rápida para volver a coger aire. Contras? Acostumbrarse a pensar q siempre habrá aire... q la burbuja no puede llegar a explotar, porq yo lo haré antes.
Ya no te veo medio borrosa dentrás del agua. Me he ahogado. Sólo te queda ahogarte conmigo para volver a entrar en mi estanque. Quiero verte esperándome como hacías siempre. Quiero sentir tu mano en mi nuca mientras deslizas mi mandíbula, mientras apartas mi pelo para q mi anhelo quede saciado... y necesitando más de tu aliento.
No quiero hacerte daño. Y ya te lo he hecho. Odio el dolor. Y ya lo he sentido. Sé q nada se puede percibir si no se conoce. Sé q nada se puede temer si no se ha temblado por ello.
Mi espasmo se ha vuelto rubor, en una mueca de placer amargo por no tenerte pero sentirte entre mis manos.
Me atraviesa el dolor ajeno q me han robado. Sé q ni siquiera sentirán el mismo, sé q no podrán notarlo intensamente. Todo estará más racionalizado, y como tal, puedo desearte lo mejor e incluso creer q puedes lograrlo. Como tal, como razón, como dolor, como definición de un amor maduro después de la tormenta. Como declive de la calma q augura decepción intermitente sin marcas visibles. No las verá. No temas. Pero yo las siento.
Sigue amando. Que esa locura no hará más q hacerte ver mi razón. Incluso ésta fue incapaz de convencerme para odiarte. Venció la batalla pero no eclipsó todo el sentimiento q provocaba la divagación.
Soy culpable de no utilizar el antídoto q doné gratuitamente. Vendí todas mis armas para no tener q ocultarme, para q no te defendieras, aunque seguiste sintiendo mi ataque. Fue inconsciente, lo juro, pero sé q fui yo. Y sé.. que fue por ti.
Por ti perdí la razón (entregada a la locura más cuerda q recuerdo). Por ti perdí la pasión por cualquier amor q no fuese contundente. Has dejado un círculo. Con sal, de fuego, o rodeado de bestias. No lo sé. Pero desde luego entrar no resulta indiferente. Y salir siempre será doloroso.
El juego sigue. Detente. Tira.

No comments: